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Amparo Sinisterra y Fernando Cruz - Mariana Garcés y Omar Ortiz - prolongados asesores literarios e ideológicos

 

 

SINISTERRA & GARCÉS: LATIFUNDISTAS

 

A mediados de la segunda semana de septiembre el cineasta Carlos Palau preguntaba, en una red social, si concurría un conflicto de intereses [situación en las que el juicio o la acción de un individuo tiende a estar indebidamente influenciado por un interés secundario, de tipo generalmente económico o personal] cuando Mariana Garcés Córdoba, Ministra de Cultura del gobierno Santos, asignaba a Doña Amparo Sinisterra Barberena viuda de Carvajal Quelquejeu: ex directora de Colcultura del gobierno Betancur, ex embajadora consorte en Francia, madre del actual embajador en Francia, suegra de Luís Carlos Sarmiento Angulo, directora de Proartes,  Academia de Danza Pavlova, Emisora Carvajal, Fundación Carolina del Grupo Prisa, ex de TV Pacifico, Festival de Arte, etc., lugares casi todos donde ha estado también la ministra del despacho, la miserable suma de Dos Mil Millones de Pesos, más el 50% de la estampilla Pro desarrollo del Valle del Cauca, para financiar el nuevo juguete de la poderosa viuda que ha decidido no lidiar más con intelectuales y poetastros, a quienes ha sometido por más de medio siglo, y  va a dedicarse a un Festival Mundial de Danza para finiquitar la vieja disputa que mantiene con Gloria Castro, de Incolballet, desde el día que Giovanni Brinatti, un danzarín de la Opera de Roma y  Scala de Milano  eligió a Castro para enviarla a Checoslovaquia e Italia, desde donde regresaría para levantar de las cenizas, la vieja escuela de ballet de Cali, donde la ya envidiosa candidata a Carvajal pretendía contratar a  Alexander Borisovich Godunov, de quien se había prendado.

 

Adolfo Carvajal y Amparo Sinisterra, circa 1959

 

 

Según la agencia de pesquisas Teócrata, de Tuluá, noticia confirmada por El País, un siniestro esbirro de la viuda, de apellidos escuálidos y desiguales, habría interpuesto una querella ante el gobernador, solicitando el retiro forzoso de la señora, al tanto que sugiere que colegio de ballet debe funcionar como cualquiera otro o fusionarse con Bellas Artes. El serrano y delgadillo acusa a Gloria Castro de maltratadora de estudiantes, trabajadores y docentes, de haber sido sancionada por la Contraloría y hecho pasar hambres y fríos sin cuento a los bailarines.

 

La Ministra ha sido además inculpada, por el director tulueño, de colocar en una importante dependencia a un tal Oswaldo Osorio, “el comentarista de cine más odioso y resentido de este país”, mientras el prestigioso crítico de arte con residencia en Madrid, Carlos Jiménez Moreno, le atribuye querer acabar con el Salón Nacional de Artistas, al entregarlo en la edición de este año, a un grupo de espectaculeros venidos de otras tierras y naciones con TLC con Colombia. Tres semanas atrás, otro malqueriente le había sindicado de proporcionar un premio, de 20 mil dólares, a un miembro de un grupo racial súper minoritario, aduciendo que los quillacinga apenas representan el 0,54% de la población vallecaucana, mientras los mestizos y los blancos constituyen el 72,23% y las negritudes el 27, 21% del total. La ministra ha respondido que las adivinanzas también son poesía, según la señora Sinisterra Barberena viuda de Carvajal Quelquejeu y su asesor lírico, el hijo de Zuleta.

 

Hernán Nicholls y Amparo Sinisterra

 

 

Estamos pues en presencia de algunos de los actos más deleznables que se suceden en Colombia desde la creación del Instituto Colombiano de Cultura de Lleras Restrepo y su transformación en Ministerio durante el cuatrienio del prófugo de la justicia Ernesto Samper Pizano. El Ministerio de Cultura es todo lo que iba ser: una oficina de los terratenientes de los negocios del ramo.

 

 

Amparo Sinisterra Barberena viuda de Carvajal Quelquejeu y su Golem Mariana Garcés Córdoba son apenas el arquetipo de ese personaje que creó la República del Narcotráfico [1982-2002] para hacer de la cultura un instrumento de adocenamiento de las conciencias de artistas y escritores en la Colombia de los últimos veinte años. Qué duda cabe que fue la inteligencia perversa de Belisario Betancur la que ideó colocar en numerosos puestos de distribución de prebendas económicas y políticas a un buen número de mujeres, a menudo ignaras,  con la doctrina de que era la hora del poder femenino. Antes del Holocausto del Palacio de Justicia, el terremoto de Popayán, la catástrofe de Armero y el avión de Avianca en Barajas, sólo dos mujeres, Josefina Valencia ministra de educación de Rojas Pinilla, y Esmeralda Arboleda, de comunicaciones de Lleras Camargo, habían ocupado cargos decisorios. Bajo Betancur tres ministras, once vice ministras, las directoras de Colcultura, Incomex, Impuestos Nacionales, Banco Popular, Caja Nacional de Previsión, Instituto de Crédito Territorial hicieron creer al país que habíamos derrotado el machismo. Araceli Morales, Amparo Sinisterra, Aura Lucia Mera, Carlos Valencia, Consuelo Araujo, Elvira Cuervo, Gloria Zea, Isidora Jaramillo, Juan Luís Mejia, Juan Manuel Ospina, Liliana Bonilla, Maria Consuelo Araujo, María Paulina Espinosa, Paula Marcela Moreno, Ramiro Osorio y Mariana Garcés son algunos de esos mercenarios del despilfarro que apenas han dado lustre al presidente de turno, sin que importe en lo más mínimo el destino de la vida social y cultural de la nación.

 

Pero el caso que comentamos tiene otros signos dadas la historia y origen de las protagonistas. Solo en los últimos lustros puede hablarse de una mudanza en las concepciones de la clase dirigente vallecaucana, cuyo origen esclavista y  carácter excluyente fueron destrozados por el Way of Life  de los narcos que dominaron la vida social y política del Valle, eligiendo, incluso, cinco presidentes de la república. Fue gracias al Ajedrecista, el Señor, el Estudiante, Pacho, el Químico, el Alacrán, el Milagroso y sus paradigmas de trato, lenguaje, gustos, estéticas, costumbres, ética y moral que vastos sectores de la izquierda, la iglesia, los mimos, los teatreros, los músicos, los pintores, los folcloristas, los autodenominados poetas, los docentes, artistas, periodistas y escritores han traspasado las barreras de comportamiento que se consideraban delictivas. El fin justifica los medios, el en cuanto voy yo allí, el toma y daca y un cinismo sin fronteras para meter mano en los dineros públicos son hoy moneda corriente en el mundo cultural colombiano.

 

Y ¿cómo ignorar la creciente visibilidad y poder de una “senzala” que durante casi tres siglos de dominio de “las casas grandes” no existieron sino como sirvientes de sus amos? Para muestra dos botones: Apolinar Salcedo, alias Polo, alcalde de Cali entre 2004-2007, elegido con más de 180 mil votos fue destituido por la Procuraduría General de la Nación e inhabilitado por 16 años. Juan Carlos Martínez Sinisterra, elegido [2002-2008] senador a los 32 años con cerca de 60 mil votos, condenado por parapolítica, narcotráfico y fraude electoral, coautor de iniciativas legislativas que pretendían crear una estampilla para la Biblioteca Departamental del Valle, o ampliar el periodo de los magistrados de las altas cortes hasta doce años y de la Ley 1119 de 2006, que regula el porte de armas de fuego. No en vano el 52% de la población caleña es afro descendiente.

 

Es con este telón de boca y proscenio donde han actuado Sinisterra & Garcés contra la cultura de su región y ahora contra la de la nación misma.

 

Pero no se crea que el accionar de estas alfiles ha sido un mero mohín de vanidad y soberbia femeninas, o dilapidación del dinero público. Sus rutilantes carreras no habrían podido llevarse a cabo sin el crecimiento y éxito de una de las más grandes empresas colombianas que ha usado de los dineros y beneficios de las fundaciones sin ánimo de lucro y las empresas llamadas culturales para ampliar sus márgenes de ganancia y tentáculos de poder. Otra historia es que las ineptitudes de estas protagonistas hayan llevado casi todos sus delirios, si no al fracaso económico, si al fracaso social.

 

Don William Ospina Buitrago y Doña Amparo Sinisterra de Carvajal, su protectora desde la tierna juventud zuletiana

 

 

Como es sabido Carvajal y Cía., es una multinacional que opera en 18 países, emplea más de 24.000 personas y el 43% de sus ganancias proviene de las ventas en el exterior. El artífice de este crecimiento fue Adolfo Carvajal Quelquejeu, consorte de Amparo Sinisterra Barberena, orfebre además de la todopoderosa Fundación Carvajal, el Instituto Colombiano para el Deporte, Proartes, el Festival Internacional de la Cultura, la editorial Norma de libros literarios y de texto, el Premio Internacional de Novela, la Fundación Fes para la Educación Superior, la Universidad Icesi,  etc., etc. La familia Carvajal es en Cali, antes, durante y después del triunfo y derrota de la República del Narcotráfico, lo que los Sforza, Visconti y Médicis fueron en la Italia del Renacimiento: sus más notables latifundistas culturales. Sus viñedos son la educación, los empaques, los mercados inmobiliarios, la informática, la pulpa y el papel, las comunicaciones, las tecnologías y los valores.

 

Con meridiana claridad, Sinisterra & Garcés han utilizado los establecimientos del estado y sus presupuestos para ampliar los radios de influencia de sus negocios y maquillar la imagen de la multinacional en una ciudad y un país donde los ricos “legales” pueden contarse a dedo. Sinisterra organizó un Festival Panamericano de Cultura para los Juegos Panamericanos de 1971 durante los violentos disturbios universitarios que expulsaron de Cali los Cuerpos de Paz y las fundaciones Rockefeller, Hellog, Ford; creó tres emisoras “cultas” y Proartes, para financiar espectáculos con dinero público o artistas que debían pagar tributos al estado y lo harían en especie. Otro tanto ejecutaría desde Colcultura, donde Garcés fue su asistente, al expandir las burocracias políticas locales a través de unas llamadas Juntas Regionales de Cultura para controlar desde la capital las actividades ministeriales de servicio y expansión de las políticas e inversiones centralistas. Desde entonces son las juntas de planeación de actividades y las de selección de materiales las que dicen qué se contrata y con quien se contrata, dando garrote o zanahoria a los intermediarios de acuerdo a su docilidad y servilismo.

 


Jorge Ivan Ospina, Alcalde de Cali, Belisario Betancur, Maria Clemencia Rodríguez, Juan Manuel Santos, Amparo Sinisterra de Carvajal, Mariana Garcés y Francisco Lourido inaugurando el Festival de Arte de Cali

 

 

Pero el más eficiente servicio global lo ha prestado la excelsa pareja a las empresas españolas que actúan en Colombia y en especial al Grupo Prisa, una multinacional líder en televisión, radio, prensa escrita y editoriales, presente en 22 países de Europa y América,  propietaria de la Fundación Carolina, de cuyo patronato hace parte Sinisterra, de la mano del todo poderoso agente peninsular Belisario Betancur, Premio Príncipe de Asturias, Premio Menéndez Pelayo, Premio Gabarrón, Doctor Honoris Causa de la Universidad de Valencia, etc.

 

 

Aun cuando Garcés ha declarado que los principales interés de su gestión en Mincultura son el teatro y la danza, una ley de música, otra de patrimonio de bienes inmuebles y consolidar un sistema nacional de cultura, con casas de la cultura y secretarías departamentales y municipales, lo cierto es que sus más grandes inversiones hasta la fecha han sido en torno a la dotación de libros españoles para las 1.400 bibliotecas públicas, los 49.000 hogares del ICBF y las 100 mil viviendas gratis, donde según las peregrinas tesis de la Ministra y sus áulicos, como los Hermanos Melo, la juventud colombiana aprenderá a leer y escribir por el solo hecho de colocar los libros españoles en las estanterías mientras los maestros se ausentan de las aulas y los niveles de escolaridad en Colombia son los peores del mundo. Puras falacias, puros negocios. El incremento de lectores de una nación no depende del número de libros colocados en los estantes de las bibliotecas públicas o privadas sino del rigor de la enseñanza en la lectura y escritura. La información hoy se obtiene en segundos a través de los servicios de banda ancha, lo que nunca se podrá adquirir sin la ayuda de los maestros bien preparados será el entreno para leer en voz alta y la comprensión del ritmo de la frase, la prosodia y la sintaxis. Literatura y matemáticas son dos lenguajes que solo se aprenden con la ayuda del maestro.

 

El director de cine Carlos Palau, se refirió a sus declaraciones sobre Mariana Garcés.

 

Un poeta y un cineasta enfrentados a la ministra de Cultura. Harold Alvarado, y Carlos Palau explican por qué.

 

Mariana Garcés se refiere a polémica con Harold Alvarado Tenorio y Carlos Palau

 

Entrevista a Harold Alvarado Tenorio en Caracol Radio

 

Otros archivos relacionados

-- Carta de la Ministra Garcés sobre la polémica de la bienal de danza

-- Gloria Castro, directora de Incolballet, responde con carta a la ministra de cultura

-- Comentario de Darío Henao Restrepo, Decano de Humanidades, Univalle

-- Derecho de petición a la Ministra Mariana Garcés Córdoba

-- Segundo derecho de petición a la Ministra Mariana Garcés Córdoba

-- Carta del Arquitecto Germán Tellez a HAT sobre el Ministerio de Cultura

-- La ministra y el cine, según Juan Diego Caicedo de la Universidad Nacional

 

 

 

Sinisterra & Garcés, que han dilapidado enormes sumas del erario al servicio de Carvajal y Cía.,  y el Grupo Prisa,  bien merecen alguna de esas condenas que ahora depara, a los enemigos de este gobierno, una Corte Suprema de Justicia que está entregando la nación a una camarilla de viudas y malhechores  multimillonarias con el sólo propósito de obtener un Premio Nobel de Paz que nos llevará al infierno.

 

               

 

Visto  Diatribas de Umberto Cobo